Un reloj es un mecanismo de precisión que, con el cuidado adecuado, puede durar toda la vida.
Los relojes son mucho más que instrumentos para medir el tiempo: son objetos cotidianos de valor y símbolos de estilo. Saber cómo cuidarlos correctamente es la mejor manera de preservar su belleza y fiabilidad.
Proteger el reloj del agua y la humedad
La humedad y las filtraciones de agua son algunos de los principales enemigos de los relojes. Pueden dañar gravemente el mecanismo y reducir su vida útil. Por eso es esencial entender cómo prevenir estos riesgos.
Juntas de hermeticidad
Los relojes incorporan juntas en el cristal, la tapa, la corona y los pulsadores, que evitan la entrada de agua. Con el tiempo, sin embargo, estas piezas se deterioran o deforman. Se recomienda revisar la hermeticidad cada 2 a 4 años, según el uso.

Cambios bruscos de temperatura
Pasar de una exposición al sol a 40 °C a una inmersión repentina en agua fría puede provocar la dilatación o contracción de las juntas, reduciendo su eficacia.
Situaciones de riesgo
Las aguas termales, los spas y los jacuzzis pueden deformar las juntas de caucho, teflón o nailon debido a las altas temperaturas. Por este motivo, es preferible evitar llevar el reloj en estos contextos.
Consejo: revisa periódicamente la hermeticidad en un servicio técnico cualificado y evita exponer el reloj a cambios extremos de temperatura.
Limpieza y mantenimiento regular
Un reloj bien cuidado no solo mantiene su aspecto impecable, sino que también preserva el correcto funcionamiento interno del mecanismo.
Limpieza básica
Puedes utilizar un cepillo de cerdas suaves y agua tibia con unas gotas de jabón neutro para limpiar las partes metálicas y el cristal. Hazlo siempre con precaución, ya que algunos jabones pueden afectar a los metales y a las juntas. Asegúrate de que la corona esté completamente cerrada antes de mojar el reloj.

Como alternativa segura, pasa un paño de microfibra cada pocos días para evitar la acumulación de suciedad. Las pulseras metálicas pueden limpiarse por separado, preferiblemente en un baño ultrasónico en tu joyería de confianza.
Cuidado de las correas de cuero y textiles
El cuero y los tejidos son sensibles al sudor, al pH de la piel y a las condiciones ambientales. Para conservarlos en buen estado:
- Deja secar las correas al aire durante la noche y evita guardarlas siempre en estuches cerrados.
- Alterna entre varias correas y reserva las de cuero para estaciones frías o climas templados.
- Límpialas con un paño ligeramente humedecido y deja que se sequen por completo.
- Si el cuero comienza a agrietarse, aplica ocasionalmente un acondicionador específico.

Un mecanismo para muchos años
Cuidar un reloj es preservar un mecanismo de precisión y belleza que nos acompaña día tras día. Con rutinas sencillas de limpieza, revisiones periódicas y evitando situaciones de riesgo, garantizarás que tu reloj siga marcando el tiempo con exactitud y brillando con elegancia durante muchos años.
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